viernes, 1 de abril de 2011

Minerales

Cuando era niña soñaba con las piedras preciosas que aparecían en los cuentos que leía.
Zafiros, esmeraldas, rubíes, topacios....
Muchos años después se decantó por las semi-preciosas, cuyo brillo era proporcional al esmero conque habían sido pulidas, mucho más agradables de acariciar que las primeras y menos deslumbrantes.
Hematites, jade, turquesa, cornalina...
Y está casi segura de que dentro de unos cuantos años más un simple canto rodado hallado junto a la orilla del mar será suficiente para ella.

4 comentarios:

  1. "Si quitáis de los corazones el amor a lo bello, quitaréis todo el encanto de vivir" (Rousseau)

    Mark de Zabaleta

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  2. El corazón pide demasiado a veces.

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  3. Cuanto más común y banal, más precioso. ¿Por qué ha de ser el oro más valioso, pongamos por caso, que el pétalo de una rosa?

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  4. Es que no lo es. Solo intentan que lo creamos.

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