jueves, 17 de noviembre de 2011

Clásico desclasificado


Indignado al ver el avanzado estado de desnutrición de su hermana Hansel empujó a la bruja y, tras asegurarse de que no podría huir, atizó el fuego. La niña lo contemplaba, inmovilizada por el miedo.
-No estarás pensando ... -balbuceó, su voz apagada por los gritos.
-¿A ella? No. Mira. -dijo él, señalando la pared.
El fuego había caldeado la cocina y un reguero de chocolate descendía pared abajo.
Gretel empezó a lamerlo y Hansel arrancó un enorme trozo de galleta de la ventana para hacerlo servir de cuchara.
El dulce sabor del chocolate inundó sus sentidos y nada más existió.